Diciembre 2018
Desde siempre, las mariposas y las golondrinas y los flamencos vuelan huyendo del frío, año tras año, y nadan las ballenas en busca de otra mar y los salmones y las truchas en busca de sus ríos. Ellos viajan miles de leguas, por los libres caminos del aire y del agua.
No son libres, en cambio, los caminos del éxodo humano. En inmensas caravanas, marchan los fugitivos de la vida imposible.
Viajan desde el sur hacia el norte y desde el sol naciente hacia el poniente. Les han robado su lugar en el mundo. Han sido despojados de sus trabajos y sus tierras. Muchos huyen de las guerras, pero muchos más huyen de los salarios exterminados y de los suelos arrasados.
No se les puede decir solo ánimo, paciencia.
Hay que darles una esperanza concreta.
Es la Navidad de la pequeñez y el servicio, en medio del poder de la dominación y la prepotencia de los grandes de este mundo. Irrupción con olor a pesebre. Jesús Dios ha revelado su propio rostro. El rostro de un Dios a merced del hombre, Dios se define como aquél que entrega a su hijo, es un Dios entregado. Un Dios que se hace presente en la historia personal y colectiva a través de su espíritu, el Espíritu que nos posibilita la experiencia del sentido último y de una esperanza contra toda esperanza. El rostro de un Dios amor-novedoso, que se expresa en la ternura – solidaridad – benignidad y el amor a los seres humanos.
GRACIAS POR SER EL ROSTRO DE DIOS
PARA NUESTROS HERMANOS MIGRANTES Y DESPLAZADOS.
FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO 2019
Equipo operativo Cáritas de San Cristóbal de las Casas, A.C.
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